Abrir los ojos, sentir las pupilas arder con el brillo de la luz, es tarde otra vez, el despertador se cansa de sonar y decide ignorar mi necesidad de despertar, la lucha sube un nivel, el frio hace sobrepeso en mi levantar, y las sabanas nunca me quieren soltar. Drogado entre inactividad cerebral e ideas pocos claras, actúo roboticamente siguiendo mis instintos, la cafeína resetea mi sistema, elevando mis pulsaciones a niveles de apuro, a punto de mutar me encuentro pero sensaciones diferentes ocurren en mi, siento que vomito el cansancio, pero nada sale, se aferra a mi con todas sus fuerzas. Camino por horas y no veo el final, cuando ya no puedo mas despierto, todo fue irreal, es mas tarde aun y todo esta perdido, no hay razon para irme ya. Idiotizado camino hacia mi addición buscando un aire de paz, es alli donde olvido mi hambre, mis suenos, mis deseos, mis metas, es obsesivamente adictivo, un mundo de inutiles logros, ilimitados y todos faciles de alcanzar. Son sonrisas con lagrimas, es la tristeza riendo, es ver mis dias morir rapidamente y celebrar por eso. Inutiles horas luchando en lo que no puedo ganar, pues mi llanto no es por que me deje dominar, es porque no lo quiero dejar. Soy ciego y soy terco, pero en esta oscuridad yo soy el mandamás.
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